lunes, 17 de junio de 2013

Una hermosa leyenda

La Duna y la Nube

 

Una joven nube nació en medio de una gran tempestad en el mar mediterráneo. Pero casi no tuvo tiempo de crecer allí, pues un fuerte viento empujo a todas las nubes en dirección a África. No bien llegaron al continente, el clima cambio: en sol generoso brillaba en el cielo y abajo se extendía la arena dorada del desierto del Sahara. El viento las continúo empujando en dirección a los bosques del sur, ya que en el desierto casi no llueve. Entretanto, así como sucede con los jóvenes  humanos, también sucede con las jóvenes nubes: la nuestra decidió desgarrarse de sus padres y de sus más viejos amigos para conocer el mundo.

 

- ¿Que estas haciendo? - protesto el viento, el desierto es todo igual: regresa a la formación y vayamos hasta el centro de África, donde existen montañas y árboles deslumbrantes. Pero la joven nube, rebelde por naturaleza, no obedeció. Poco a poco fue bajando de altitud hasta conseguir planear en una brisa suave, generosa, cerca de las arenas doradas. Después de pasear mucho, se dio cuenta de que una de las dunas le estaba sonriendo.

 

Vio que ella también era joven, recién formada por el viento que acababa de pasar. Y al momento se enamoro de su cabellera dorada.

 

- Buenos días - dijo la nube - ¿como se vive allá abajo?

- Tengo la compañía de las otras dunas, del sol, del viento y de las caravanas que de vez en cuando pasan por aquí. A veces hace mucho calor, pero se puede aguantar ¿y como es vivir allí arriba?

- También existen el viento y el sol, pero la ventaja es que puedo pasear por el cielo y conocer muchas cosas.

- Para mi la vida es corta, dijo la duna, cuando el viento vuelva de las selvas, desapareceré.

- ¿Y eso te entristece?

- Me da la impresión de que no sirvo para nada

- Yo también siento lo mismo. En cuanto pase un viento nuevo, iré al sur y me transformare en lluvia. Mientras tanto, este es mi destino.

 

La duna vacilo un poco, pero termino diciendo:

 

- ¿sabes que aquí en el desierto decimos que la lluvia es el paraíso?

- No sabia que podía transformarse en algo tan importante - dijo la nube, orgullosa

- Ya escuche varias leyendas contadas por viejas dunas. Ellas dicen que después de la lluvia, quedamos cubiertas de hierbas y flores. Pero yo nunca sabré lo que es eso, porque en el desierto es muy difícil que llueva.

 

Ahora fue la nube la que vacilo, pero enseguida volvió a abrir su amplia sonrisa:

 

- Si quieres puedo cubrirte de lluvia. Aunque acabo de llegar, me he enamorado de ti y me gustaría quedarme aquí para siempre

- Cuando te vi por primera vez en el cielo también me enamore de ti - dijo la duna. Pero si tú te transformas tu linda cabellera blanca en lluvia, terminaras muriendo.

- El amor nunca muere - dijo la nube. Se transforma. Yo quiero mostrarte el paraíso.

 

Y comenzó a acariciar a la duna con sus pequeñas gotas. Así permanecieron juntas mucho tiempo hasta que apareció un Arco iris. Al día siguiente, la pequeña duna estaba cubierta de flores. Otras nubes que pasaban en dirección al sur de África pensaban que allí estaba la parte del bosque que estaban buscando y soltaban la lluvia. Veinte años después, la duna se había transformado en un oasis, que refrescaba a los viajeros con la sombra de sus árboles.

 

Todo porque un día, una nube enamorada no había tenido miedo de dar su vida por amor.

domingo, 9 de junio de 2013

Acróstico

Acróstico

 

Anochece con este dictamen condenado,

Mientras un céfiro frío y distante trae tu imagen

Acompañada en este dolor difícilmente complacido.

Y entonces, germinan mis horas mas anheladas,

Ante la súplica de una noche donde digas; amado

 

Marchan las horas y los minutos incontenibles,

Aferrando sueños y futuros inciertos

Cobardes se debaten los deseos aplazados

Hoy; en esta noche encendida

Aquí; en mis quedas infinitas,

Démosle pues luz; a letras y palabras no dichas

O renunciemos a caer junto con las estrellas

 

Apasionadas se desbordan mis codicias,

Zahieren euritmias y un poema nace,

Ungido con el alba;

Amaia

viernes, 7 de junio de 2013

La Mariposa y la Estrella

La Mariposa y la Estrella 

Paulo Coelho

"Cuenta la leyenda que una joven mariposa –de cuerpo frágil y alma sensible- volaba cierta tarde jugando con el viento, cuando vió una estrella muy brillante, y se enamoró. Excitadísima, regresó inmediatamente a su casa, loca por contar a su madre que había descubierto lo que era el amor.

-¡Qué tontería! –fue la fría respuesta que escuchó-. Las estrellas no fueron hechas para que las mariposas pudieran volar a su alrededor. Búscate un poste, o una pantalla, y enamórate de algo así: para eso fuimos creadas-. Decepcionada, la mariposa decidió simplemente ignorar el comentario de la madre… "¡Qué maravilla poder soñar!", pensaba. 

La noche siguiente la estrella continuaba en el mismo lugar, y ella decidió que subiría hasta el cielo y volaría cada día un poquito mas alto para mostrarle su amor. Esperaba con ansiedad la llegada de la noche, y armada de paciencia  agitaba ansiosamente sus alas en dirección al firmamento cuando veía los primeros rayos de la estrella.

Su madre estaba cada vez más furiosa:
-Estoy muy enfadada  contigo. Todas sus hermanas ya tienen lindas quemaduras en sus alas  provocadas por las lámparas. Sólo el calor de una lámpara es capaz de entusiasmar el corazón de una mariposa: deberías dejar de lado estos sueños inútiles y conseguir un amor posible de alcanzar-.

Así durante algún tiempo, influenciada por las palabras de su madre, la joven mariposa intentó olvidar a la estrella y enamorarse de la luz de las pantallas de casas suntuosas, de las luces que mostraban los colores de cuadros magníficos, o del fuego de las velas que quemaban en las más bellas catedrales del mundo. 

Pero su corazón no conseguía olvidar a la estrella y después de ver que la vida sin su verdadero amor no tenía sentido, resolvió reemprender su itinerario en dirección al cielo. Noche tras noche intentaba volar lo más alto posible pero cuando la mañana llegaba, estaba con el cuerpo helado y el alma sumergida en la tristeza. 

Pero a medida que se iba haciendo mayor, pasó a prestar atención a todo cuanto veía a su alrededor. Desde allá arriba podía vislumbrar cosas jamás vistas por otras mariposas.  Veía las ciudades llenas de luces,  las montañas heladas, los océanos con olas gigantescas y las nubes que cambiaban de forma a cada minuto. La mariposa comenzó a amar cada vez más a su estrella, porque era ella la que le abrió otra perspectiva del mundo.

La mariposa, aun cuando jamás consiguió llegar hasta su estrella, vivió muchos años  descubriendo cada noche cosas diferentes e interesantes. Y comprendiendo que, a veces, los amores imposibles traen muchas más alegrías y enseñanzas  que aquellos que están al alcance de nuestras manos"

martes, 4 de junio de 2013

un dia de lluvia

Lluvia
Mario Benedetti
 
La lluvia está cansada de llover
yo/cansado de verla en mi ventana
es como si lavara las promesas
y el goce de vivir y la esperanza.
 
La lluvia que acribilla los silencios
es un telón sin tiempo y sin colores
y a tal punto oscurece los espacios
que puede confundirse con la noche.
 
Ojalá que el sagrado manantial
aburrido suspenda el manso riego
y gracias a la brisa nos sequemos
a la espera del próximo aguacero.
 
Lo extraño es que no sólo llueve afuera,
otra lluvia enigmática y sin agua
nos toma de sorpresa
                         y de sorpresa
llueve en el corazón
                         llueve en el alma.